Por José Luis de la Calva
(JARTUM, Sudán).- Los pronósticos de los científicos es que la temperatura de la región aumentará tres grados centígrados para el 2060, lo que llevará a este país a convertirse en un desierto, el primer país inhabitable del mundo por causa del cambio climático.
Los ecosistemas y las fuentes naturales de Sudán se están deteriorando. Las temperaturas suben, las fuentes de agua son escasas, la fertilidad del suelo es baja y las sequías severas son comunes. Después de muchos años de desertificación, la rica biodiversidad de este país africano está amenazada y la sequía hace que sea cada vez más difícil luchar contra el hambre.
Ya padece los estragos del cambio climático. La escasez de agua y alimentos en algunos países preocupan a la humanidad. A causa de ésto, en solo 100 años, Sudán se convertiría en el primer país inhabitable de la Tierra.
El portal The Huffington Post, este país africano, de más de 40 millones de personas, comenzó a sufrir los estragos del cambio climático. Escasas lluvias, desertificación y tormentas de polvo son el resultado de este fenómeno.
Aunque las lluvias irregulares arruinan cultivos y trae sequías, también produce inundaciones, convirtiendo las tierras de cultivo en tierras incultivables. Más de 600.000 personas han sido desplazadas debido a los desastres relacionados con las inundaciones desde el 2013, según el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés).
La asesora sénior de desastres del IDMC, Michelle Yonetani, afirma que el 70% de la población rural confía en la tradicional agricultura de secano -tanto para comida como para la vida-, mientras el 80% de la población confía en la lluvia para el suministro de agua, dijo a CNN, «Sudán enfrenta una “situación de emergencia sumamente compleja”, agrega.
Sudán, ocupa el lugar 98 entre 113 países del Global Hunger Index (Índice Global de Hambre), siendo uno de los 15 con mayor inseguridad alimentaria en el mundo.
«El Norte de África ya es cálido, y su temperatura sigue aumentando con fuerza. En algún momento de este siglo, parte de la región se volverá inhabitable», dijo el científico climático del Max Planck Institute for Chemistry, Jos Lelieveld, en una entrevista a la cadena CNN. “Eso va a encadenar una zona que va desde Marruecos hasta Arabia Saudita”, agregó
El ‘haboob’, potentes tormentas de arena, se han convertido en un fenómeno cada vez más habitual en algunas partes de Sudán, sepultando viviendas y destruyendo los cultivos. Esto aumenta la evaporación en una región que está luchando fuertemente por preservar sus fuentes de agua, así como erosionando valiosos suelos fértiles
Un total de 4,6 millones de personas en este país norteafricano ya se enfrentan actualmente a la inseguridad alimentaria.
Hasta bien entrado el siglo XX, el Sahel -la zona de transición entre el desierto y el sur tropical- estaba salpicada de árboles baobab y acacias, así como tenía una cubierta escasa de pastos. Pero ahora la desertificación está cambiando el paisaje y está invadiendo las mejores tierras para la agricultura y la vivienda
El Norte de África ya es cálido, y su temperatura sigue aumentando.
Según un reporte de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), se estima que 1,9 millones de personas se verán afectadas por la reducción de la agricultura y la producción de ganado, debido a los impactos del fenómeno climático conocido como El Niño. Los locales cada vez tienen zonas agrícolas o de cultivo más pequeñas, pastos más pobres y menos disponibilidad de agua.
Además, se espera que 3,2 millones de personas enfrenten escasez de agua, causando lo que OCHA llama un “deterioro adicional de unas condiciones sanitarias y de higiene que ya de hecho son frágiles”.
Sin embargo, la cabeza del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) en Sudán, Marco Cavalcante, le dijo a CNN que aún no es muy tarde para cambiar el futuro del país.
“Esta tendencia no es imparable si se toman las medidas correctas”.
El gobierno lanzó un plan de adaptación renovable en julio pasado, con estrategias acordadas para proteger a los sudaneses, particularmente a aquellos de las comunidades rurales.
“Es un signo muy positivo que haya un compromiso político”, dice Cavalcante.
Dentro del reporte, el Ministerio de Medio Ambiente de Sudán ha especificado planes de adaptación para cada región del país. Las estrategias incluyen variedades de cultivos resistentes a las sequías que puedan soportar las cambiantes condiciones climáticas, tecnologías de irrigación más eficientes y un mejor almacenamiento de las cosechas.
Cavalcante agrega que el almacenamiento de las cosechas es importante para garantizar que los campesinos no se ven forzados a vender justo después de haber recogido, cuando el precio puede ser más bajo. También dice que dada la variabilidad de las condiciones climáticas, los campesinos pueden tener una buena cosecha un año y una mala cosecha al año siguiente. Así que mejorando la capacidad de almacenamiento pueden “asegurarse ingresos para el año que viene”.
El sustento de los campesinos de miles de ciudades es cada vez más difícil por las persistentes sequías.
El informe también destaca los planes para excavar más pozos que alivien la escasez de agua. El WFP también ha ayudado a Sudán a construir “haffirs” (reservorios de agua) para ayudar a retener el agua e impulsar el rendimiento de los cultivos en años de lluvias escasas.
Además, las comunidades están aprendiendo a plantar árboles para combatir la desertificación, algo que Cavalcante dice tendrá un “impacto sustancial” en el futuro de Sudán.
La salud también ha sido un tema central en el plan de adaptación del gobierno, que dice que el cambio climático puede acelerar la expansión de la malaria, la fiebre amarilla y el cólera, y mientras la inversión en educación para formar a personas más resilientes a los choques climáticos es importante, también se necesita investigar el nexo entre las altas temperaturas, la escasez de agua y la expansión de esas enfermedades.
Pero aunque Sudán está haciendo esfuerzos para solucionar el problema del cambio climático, no es algo que pueda hacer solo. El cambio climático es un desafío global que afecta a cada continente y la necesidad de reducir los gases de efecto invernadero, de acuerdo con el científico Lelieveld, es uno de los aspectos más importantes.
Fondos necesarios para ayudar a África
A pesar de ser uno de los países más afectados por el cambio climático, los fondos que Sudán recibe para ayudar a combatirlo son significativamente más bajos que los de otros países.
Los expertos dicen que se necesitará una gran cantidad de dinero para expandir los planes de adaptación a temas como temperaturas bajas, prevención de la desertificación y de la invasión de las mejores tierras para agricultura y vivienda, y educación de comunidades.
“Se necesita mucha más inversión y prontas medidas para fortalecer la resiliencia a nivel de la comunidad”, dice Yonetani. Asegura que «presionar a los gobiernos a aumentar su compromiso de actuar sobre el clima es tal vez una de las vías más indirectas, pero globalmente una de las más importantes».
“Ha llegado realmente el momento de presionar a los gobiernos para que actúen y mitiguen”, agrega. A menos de que el mundo esté preparado para recibir a refugiados por culpa de crisis alimentarias y áreas inhabitables, “tendremos que ayudar a África a invertir y protegerse a sí misma”, dice Lelieveld.
“Ellos no causaron este problema, nosotros lo hicimos”.
Cortesía: Bianca Britton, CNN
Anastasia Beltyukova, de CNN, contribuyó con este informe.